Todas las preguntas, incluso las más estúpidas en apariencia, esas que a menudo formulan los niños y los adultos que quieren conservar algo de su curiosidad, se deben hacer y pueden esconder reflexiones inesperadas y profundas. Si la encargada de contestarlas es la ciencia improbable, esa forma cómica y poética de interrogar el método científico, Pierre Barthélémy es su principal académico.